Sobre el Papa y el puñetazo

Gran revuelo ha causado la expresión del Papa acerca de que alguien podría esperar un puñetazo si insultara a su madre.

Algunos han llegado a preguntar ¿y en qué queda lo de poner la otra mejilla? Quiero llamar la atención acerca de un suceso acerca de este tema y lo hago con la persona que hizo famoso el “poner la otra mejilla”. Un tal Jesús de Nazaret, carpintero de profesión.

La cita es del evangelio de Juan 18.19-24. Cuando acabó de hablar, uno de los guardias se acerca a Jesús y le da una bofetada, Jesús le dice “si he pecado al hablar, muéstrame en qué y si no ¿por qué me pegas?”. Me pregunto ¿por qué aquel que había hablado de poner la otra mejilla, no se quedó en silencio y ofreció la otra mejilla, sino que pide una explicación al agresor? Parece que por lo general quien pide poner la otra mejilla es quien está golpeando las mejillas ajenas o quien nunca está dispuesto a ponerla.

No comparto la idea de agredir a alguien por cuestiones de fe, pero tampoco comparto la idea de burlarme de otra persona porque no comparte mi fe o mi ateísmo. Hoy son los musulmanes quienes piden respeto de una manera inadecuada, y son noticia por la crueldad con que lo hacen; sin embargo, han sido o hemos sido miles los que hemos pedido respeto a nuestra fe cristiana (personalmente soy católico) y siempre hemos recibido como respuesta, burlas, comentarios desagradables, sonrisas despectivas, miradas de incredulidad, epítetos ofensivos, etc., y hemos puesto la otra mejilla.

Hoy el Papa habla con ejemplos que entendemos todos los ciudadanos de a pie y los que nunca han ofrecido la otra mejilla quieren crucificarlo.

Si ha pecado al hablar, muestren en qué y si no ¿por qué piden que ofrezca la otra mejilla? 

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