Con alegría observé en días pasados que se había eliminado una grotesca pancarta que se ubicaba en el redondel del ciclista y que informaba sobre el pico y placa, lo cual para todos es ya más que conocido. Lamentablemente este contaminante visual (conforme a las mismas ordenanzas municipales) por sus descomunales dimensiones, ha sido nuevamente colocado, reemplazando la vieja lona por una nueva. Me pregunto, con qué criterio se privilegia este tipo de acciones, mientras que cuando un comerciante instala su publicidad en unas dimensiones más que aceptables, es multado, su publicidad tapada o retirada.
Cuanto representa en costos para la ciudad este tipo de gasto inútil, en lugar de invertir en mejores destinos… las obras no son mejores por estos anuncios, basta con pasar por el flamante paso a desnivel de las bañistas para ver que las alcantarillas (como es típico) no se encuentran al nivel del pavimento. Tan solo un ejemplo.