Con satisfacción a la verdad, se dictó sentencia en contra de diario El Universo y su columnista Emilio Palacio, quien en más de una ocasión estuvo involucrado en publicaciones calumniosas e infundadas en contra del gobierno.
Pregunto: ¿y si la sentencia habría sido a favor de El Universo?, ahí sí no constituía un “atentado a la libertad de expresión”. ¿Qué hubiera pasado si Palacio se enteraba un poquito sobre la verdad del 30-S, y dejaba a un lado su odio visceral? Cabe destacar que Correa pidió a dicho medio en más de una ocasión la rectificación de esta y varias publicaciones, y fue el día del dictamen, la misma que se propuso, lo cual, con el respeto que merece la razón, constituyó un insulto a la inteligencia.
Esta vez se ha diferenciado la verdadera libertad de expresión, y se ha sentado un precedente histórico, contra las calumnias e infundios, debido a que jamás se puede confundir entre una opinión personal, ante una noticia oficial de fuente fidedigna, puesto que ambas son publicadas en el medio, y necesariamente deben constar con responsabilidad ulterior, independientemente de ser o no, opositor a un gobierno.