El país colapsa a pedazos

El derrumbe es físico y moral. Este último es el que más preocupa. Ríos que se desbordan, arrasando viviendas, carreteras, oleoductos, amenazan centrales hidroeléctricas, etc. Con dinero se reconstruye, hoy por cierto difícil, pero la moral, la ética, la honradez, “no se vende ni se compra”. Son cualidades humanas que me atrevo a decir que en parte vienen del gen, más se aprende con el ejemplo y la educación. Tanta falta nos hace, digo el país con gobernantes sin aquellas cualidades se cae a pedazos: corrupción y narcotráfico en los servidores públicos de baja y alta categoría (ejecutivos), en los legisladores y, por si fuera poco, el colmo, en los jueces que administran justicia hasta con carné de discapacitados. Es una vergüenza, una pena y una angustia, los nonagenarios como Julio y yo, ingenieros civiles, quisiéramos ayudar al país, pero nada podemos hacer, pasó nuestro tiempo. Solo dialogamos, el tono de Julio es de ira, impotencia, desesperanza. Nuestro tiempo fue diferente, con patriotismo y honradez algo dimos al país construyendo carreteras, puentes, y como formadores de juventudes en la universidad. Pensamos, divagamos, ¿cómo evitar que el país continúe en el derrumbe, con el mal ejemplo que los padres dan a sus hijos, futuro de la patria? Si, se nos ocurre, necesitaríamos algo así como 30 años. Ahora, los niños de 10 años están estudiando en la escuela, comienzo para que en el hogar los padres de familia inculquen a sus hijos principios y valores y con materias obligadas enseñen los profesores de escuela, colegio y universidad. En esta forma, con la educación superior y experiencia, a los 40 años podrían ser ejecutivos, legisladores, abogados, ingenieros, etc., estimo capaces y honrados, con principios y valores que ahora tanta falta nos hace. En consecuencia, tomarían correctivos para evitar el colapso y que caiga a pedazos el país. Herencia del que dejó “la meza servida”, del que “fue el mejor presidente de la historia” y, con la tolerancia del lector, me atrevo a decir que aquel “superhombre”, “como salvador”, para evitar la quiebra de la patria y continuar disfrutando con la corrupción, sería capaz de vender las Islas Galápagos.  

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