¿Y dónde está el monumento?

En referencia al excelente contenido del artículo de opinión titulado ‘Lídice’, escrito por el Sr. Óscar Vela Descalzo y publicado el domingo 5 de junio de 2016 en Diario EL COMERCIO, me permito felicitar al distinguido articulista por recordar a los lectores del medio, a través de su bien lograda descripción, los antecedentes y pormenores de uno de los más atroces crímenes (de los múltiples que se han perpetrados en tiempos de guerra) durante la historia de la humanidad. De igual manera, es interesante conocer que en torno a este execrable hecho y para no olvidarlo, han existido varias manifestaciones culturales como la pintura de Oswaldo Guayasamín que se la puede apreciar en la Capilla del Hombre.
En nuestro Quito, hasta hace algunos años, en el espacio público que existía entre las calles Reina Victoria y Foch, se levantaba un pequeño monumento que representaba un muro derrocado y que con su respectiva placa explicativa conmemoraba el crimen cometido el 10 de junio de 1942 en la en ese entonces Checoeslovaquia. Este monumento conmemorativo constituía la Plazoleta Lídice. Con ocasión de la remodelación urbana, que dio origen a la actual Plaza Foch, desaparecieron plazoleta y monumento.

Me pregunto ¿y dónde está el monumento? ¿Desapareció para siempre, está embodegado, fue reubicado o piensan hacerlo las autoridades? Ojalá no sea otro atentado contra el patrimonio cultural de Quito y no acontezca como la hasta hoy inexplicable desaparición de la magnífica columna en memoria de los “Héroes Ignotos” que engalanaba la antigua avenida 24 de Mayo y que actualmente está reemplazada por otra columna que en nada se parece a la original. O como la antiestética reubicación actual del monumento al santo Hermano Miguel, en San Blas. Por favor, que alguien dé una explicación.  

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