Queridos campeones, campeonas y deportistas destacados: gracias por convertir en un oasis la cotidianidad ecuatoriana, por dos semanas hemos vivido diferente, olvidando la dura realidad actual, corrupción, componendas, desocupación, pobreza, delincuencia, trabajo infantil, etcétera.
Nos emocionan hasta las lágrimas, estuvimos pendientes de sus logros, admiramos en ustedes el sacrificio, la dedicación; aprendimos que los sueños se hacen realidad, que con tenacidad todo se consigue, que lo imposible es posible, que gracias a sus logros estamos trascendiendo las fronteras patrias resaltando que un país pequeño en territorio es grande en fe y fortaleza. ¡Sigan adelante!
Ojalá el gobierno les apoye considerando que el capital humano en el deporte es muy valioso y que hay que cultivar esos talentos pues con este ejemplo muchos niños y jóvenes seguirán esa ruta de triunfos. Nunca más, entrenar con zapatos viejos y con bicicletas remendadas, esto es una afrenta, mientras los “come cheques” viven campantes.