Nuestros legisladores, nacionales o municipales, elaboran leyes, ordenanzas y reglamentos para castigar o reprimir hábitos, comportamientos y conductas impropias de los ciudadanos, con sanciones, multas y privaciones de la libertad.
El folleto distribuido con el Diario EL COMERCIO, donde se explican las contravenciones contenidas en la Ordenanza 332, es un ejemplo vivo de nuestro sistema de enseñanza. Establece las multas y castigos pero olvida si los que deben observar esta ordenanza, los ciudadanos quiteños, conocen y han aprendido las ventajas de la limpieza, el orden y el aseo.
La enseñanza y la prédica con el ejemplo de nuestros líderes y hombres públicos ha desaparecido. La ordenanza supone muchas cosas y los supuestos ya sabemos que sirven solo para armar teorías económicas y políticas delirantes. En cuestión de manejo de desechos y residuos sólidos cuentan mucho la enseñanza, la educación, el buen ejemplo y las facilidades con que cuente la ciudadanía. Luego de agotados todos estos esfuerzos, vienen bien las sanciones para quienes quieren seguir siendo parte del problema y no de la solución.
Que le parece señor Alcalde si su equipo de comunicación ensaya un plan para inculcar, enseñar y explicar lo que son los buenos hábitos de limpieza, la forma de eliminar todo tipo de desechos y nos muestran los sitios donde depositarlos? Que le parece si esta campaña de orden y limpieza se realiza en forma experimental en La Carolina, las 24 horas del día, de lunes a domingo? Si lo logramos, tendremos algo de que enorgullecernos y un buen ejemplo a seguir. Que le parece señor Alcalde si en lugar de regalar farras y festejos clientelares, organiza un concurso del barrio más limpio y ordenado de la ciudad y lo premia con una buena fiesta?