Con un grado de escepticismo recibimos la invitación del Colegio de Médicos de Pichincha (CMP) para vacunarnos contra el covid-19, la epidemia que ha asolado a todo el planeta. Concurrimos el sábado 13 de marzo y, en verdad, fuimos favorecidos con la primera dosis. Fue en medio de dificultades, lluvia de por medio, pero al final nos vacunamos. Hace pocos días ya hemos recibido la segunda dosis. La invitación fue para los médicos mayores de 65 años, jubilados, y que no tenemos relación de dependencia, pero que somos adultos mayores y varios con actividad profesional médica. Es nuestra obligación agradecer al CMP por esta valiosa gestión y al Club de Leones por facilitar sus instalaciones en forma generosa. Es una obligación, un derecho y un compromiso con la sociedad y con nosotros mismos que nos vacunemos. Nos protegemos y lo hacemos con nuestros familiares y con la comunidad. Hemos recibido este beneficio y esperamos que el resto de la comunidad también lo haga, eso sí, con un programa bien planificado, atendiendo primero a los grupos prioritarios, limitando los errores y evitando privilegios como los vacunados VIP, los invitados y los que recibieron la vacuna en un club privado, bien sentados y con música de fondo. Anulemos las noticias falsas sobre las vacunas. Son medicamentos y como todos, pueden presentar efectos no deseados. En el caso de las vacunas disponibles, estos efectos se presentan en un porcentaje muy bajo; en el caso presente un ligero dolor en el sitio de la inyección durante el primer día y nada más.
Evitemos el uso de elementos que no han sido autorizados y que pululan en las redes sociales. Los medicamentos deben pasar por un filtro para ser autorizados y sometidos a los que se denomina la Medicina Basada en la Evidencia, esto es información actualizada, validada por publicaciones que han pasado los filtros adecuados y que presenten la mayor eficacia con los menores riesgos de efectos no deseados. Así que, con fe y entusiasmo a vacunarse.