Platón, filósofo griego, dijo: “El hombre es un animal racional”. Los actos de inusitada violencia, de incontenible barbarie, llenos de odio, venganza y salvajismo, que se propagaron en varios países de Latinoamérica y con claros síntomas desestabilizadores contra regímenes democráticos, demuestran penosamente, lo contrario.
El “Foro de Sao Paulo”, al igual que esa lacra y vergüenza del “Socialismo del Siglo XXI”, han llevado a nuestros pueblos a una vorágine de miseria, desencanto y frustraciones. Castro (+) y Chávez (+), en sus condiciones de ideólogos, con seguidores obsecuentes y pusilánimes, como Lula da en Brasil; Maduro en Venezuela; Correa en Ecuador; Morales en Bolivia; Kirchner-Fernández en Argentina; Bachelet en Chile; Ortega en Nicaragua y muchos más, con las mismas “excepcionales virtudes”, paranoicas y autoritarias.
Lo sucedido casi al mismo tiempo en Ecuador, Chile y Bolivia y fuera de la región, en Cataluña-España, con la necedad y torpeza de afanes separatistas, es la medida de una irracionalidad sin límites del ser humano, nunca vistos y sin precedentes.
¿Cuáles fueron las causas, para estas protestas? La eliminación de los subsidios a los combustibles en Ecuador; el aumento de 4 centavos de dólares al pasaje del Metro en Chile y elecciones fraudulentas en Bolivia, originaron el estallido social con actos de incalificable vandalismo y terrorismo.
No hay respecto a nada ni a nadie. No existen triunfadores en la violencia, todos perdemos. Desaparecen la cohesión social, la confianza. Se debilita y se resquebraja la institucionalidad de los países. ¿Estos son los países que queremos, con “gobernantes” autoritarios, megalómanos y corruptos? No solamente saquearon los erarios o tesoros públicos, se robaron también nuestras esperanzas, nuestros sueños e ilusiones. ¡La Región con esta tragedia, no solo perdió octubre, retrocedió décadas en lo moral, social, político y económico! ¿Será el fin de tanta ignominia y el principio para una Región más humana, solidaria y equitativa?