Con buen criterio, el alcalde electo de Quito ha nombrado a su grupo de colaboradores, que le acompañara en su gestión. Para el efecto ha procedido a escoger a un grupo de profesionales, técnicos cada uno en su materia, reconocidos profesionales que han aportado, de una u otra manera, al desarrollo del país. Me complace que se haya realizado de esta manera y no nombrar a los amigos de la “jorga”, que poco han aportado en las administraciones municipales. Ojalá estos técnicos no se conviertan en tecnócratas que se inventen procedimientos para manejar a la ciudad. Todos sabemos los problemas que la aquejan, es cuestión de saber aplicar conocimiento y experiencia y estar dispuestos a trabajar, sabiendo que tras ellos hay una población deseosa de cambios. Estos deben venir de manera inmediata; ojalá, Alcalde, no se equivoque y los técnicos resulten peor que los amigos, cosa que estoy seguro no va a suceder.
Solo nos queda desearle suerte al equipo de trabajo. Todo está hecho, solamente se requiere buena voluntad y poner pasión en lo que hagamos, por más sencilla que sea la gestión a realizar.