La Comisión de Productividad y Tributación conformada por el Presidente Moreno, podría lucirse si concentra sus actividades en la reducción de la maraña impositiva, al menos a nivel del Gobierno, pues de ella se derivarían muchos problemas administrativos, obscuridades en su aplicación y costos operativos elevados.
Lo ideal sería, por ejemplo, concentrar “todo el peso tributario” en unos cinco rubros con el objeto de poder eliminar las cargas menores, las cuales en varios casos complican la recaudación y los ingresos derivados de ella, serían inferiores a los costos burocráticos.
La sencillez de lo que se sugiere podría gravar exclusivamente los ingresos de las personas naturales y jurídicas a través del impuesto a la renta; el consumo a través del IVA; la riqueza a través de un impuesto al patrimonio; y, las importaciones a través del arancel respectivo.
Es obvio, que en cada uno de los casos mencionados tendría que establecerse diferencias según el origen de los ingresos; los bienes motivo de la transacción; el monto de la riqueza acumulada; y, el tipo de mercadería. Por otro lado, las tarifas a aplicarse dependerían de las necesidades fiscales y de las compensaciones presupuestarias que deban hacerse a cada uno de los actuales beneficiarios.
Los Municipios y Consejos Provinciales, en función de su autonomía, podrían seguir funcionando dentro del actual marco tributario; esto es, recaudando los impuestos, tasas y contribuciones de mejoras previstos en el Código Orgánico de Organización Territorial. Este sería un cambio trascendente que espero sea considerado por la Comisión.