Se persigue en el nombre de un color, nacionalidad, posición económica o social, género, ideología, creencia religiosa. Solemos tomar posición justificada contra las personas que ostentan el poder político de cualquier país que practican esos ataques a la dignidad humana o aquellas que forman parte de los grupos terroristas. A ambos les gusta porque hay muchas maneras de matar, se mata el cuerpo o se matan los pensamientos ¿Lo hacemos cuando se trata de personas comunes que transitan por las calles del mundo proclamando la supremacía sobre los otros que no son como ellos? No somos capaces de hacerlo debido a un mal entendido respeto que casi llega a ser cobarde. Porque su manera de pensar hace daño a otras personas que en la mayoría de los casos no pueden defenderse. Y no se trata de perseguirlos se trata de rechazar sus actitudes que pueden alimentar las prácticas de ese tipo de gobernantes o dirigentes que rechazamos y que añoran justificarse. La única manera es hacerlo con valentía y pacíficamente cuando llegue el caso, en el nombre de la igualdad humana que es símbolo de su dignidad.