Con asombro, el 7 de noviembre, los capitalinos recibimos la noticia del robo de un densímetro nuclear, y la subsiguiente alerta por parte del organismo de control de energías nucleares del Ministerio de Energía y Recursos No Renovable.
Este hecho es de suma gravedad, ya que dicho aparato contiene Cesio-137, elemento de alta radio toxicidad, el cual al ser liberado de su depósito, puede causar la muerte de quienes manipulan y una terrible contaminación de todos los objetos cercanos.
Recordemos el caso del accidente radiológico de Goiania en Brasil, en donde una cápsula de 93 gramos de Cesio-137, produjo la muerte de cuatro personas y el envenenamiento de otras 249 personas, muchas de las cuales sufren cáncer, y el almacenamiento de 14 toneladas de desechos radiactivos tóxicos, donde se tuvo que construir una montaña artificial y forrar su superficie con una capa de concreto y plomo, para mantener aislados los objetos contaminados que seguirán emitiendo radiación durante los próximos siglos.
El robo de este aparato en Quito, fue debido al inadecuado control de las autoridades y de las personas encargadas de su custodia, por no seguir los procedimientos autorizados, y por una evidente violación de los protocolos de seguridad, mismo que pudo causar un accidente de incalculables consecuencias.