Origen de la corrupción
El país vive asustado por la forma cómo siguen incrementándose los escándalos, no sé cuánto en el sector privado, porque los medios no informan al respecto, pero sí en el sector público, tal vez porque sus actuaciones interesan más, al tratarse de fondos de todos los ecuatorianos.
Es obvio, que en ambas esferas debe haber corruptos en los dos lados que buscan negociar un contrato o un informe, porque de lo contrario no existiría la coima, pues no habría ni quien la pida, ni quien la page, ya que para llegar a concretarse una “operación”, deben superarse algunos obstáculos, varios de los cuales deben ser “negociados” inevitablemente no solo con el funcionario que firma el documento, si no con el empleado que elabora el informe o, alternativamente, con quien dispone la forma en que debe salir el dictamen.
Si en forma paralela o consecutiva, son varios los pronunciamientos que se requieren, serán varios los “arreglos” que deberán superarse en el plano técnico, financiero, jurídico o simplemente presupuestario.
Este macabro cuadro, grafica la maraña administrativa a diferentes instancias para que pueda recién firmarse un contrato, pues después vienen otros obstáculos para la recepción de la obra o el servicio y el pago.
¿Podrá esto cambiar algún día o no? Vale la pregunta en una sociedad corrompida, en que llegar a tener dinero es la máxima aspiración de muchos, sin importar la forma en que se lo consiga, pues el ser honesto ya no es carta de presentación; no sirve de nada y al contrario, hasta puede ser motivo de burla de los nuevos ricos por no haber aprovechado del cargo.