Manabí, como siempre, sigue siendo relegada por el gobierno, por los políticos y candidatos a la Presidencia. Estábamos entusiasmados cuando Paco Moncayo anunciaba a cada rato que su binomio iba a ser manabita, pero solo fueron palabras, palabras, palabras como dice una canción. A pesar de haber sufrido Manabí una tragedia sin precedentes, ningún candidato habla de la reconstrucción de nuestra provincia que se quedó sin aeropuerto, sin hospitales, comercio, entidades públicas, etc. y todavía seguimos esperando, aunque dirán que es pronto para recuperarnos y sanar las heridas por los daños sufridos. “Manabí se levanta” es el lema de los manabitas después del terremoto, pero mientras dependamos del centralismo y de la apatía gubernamental, jamás avanzaremos y permaneceremos estancados en el difícil camino del desarrollo.