En la praxis política siempre será más conveniente un buen administrador que una persona que se hace llamar líder, en el liderazgo políticamente el individuo tiene que reunir tres requisitos: compromiso, complejidad y credibilidad; y, de por medio aparece la figura política que tiene que captar simpatizantes y mezcla en ese supuesto liderazgo muchas veces en su entorno gente indeseable.
El administrador en cambio busca la eficiencia de su gestión y para ello necesita del acompañamiento de personas que conozcan cada uno su oficio y esa suma de resultados produce un éxito, que es lo que busca la ciudadanía éxito en la gestión de un administrador ya sea de un barrio, de un sector, de una parroquia, de un cantón, de una provincia o del país; y es indiscutible que en el Ecuador hemos visto como ciertos mal llamados líderes han perjudicado con su mala administración al Ecuador, en unos casos han sido honrados pero pésimos administradores, últimamente el Ecuador pasó por una bonanza petrolera, manejado por la mal llamada Revolución Ciudadana con ciertos aspectos positivos en la parte social, pero con un manejo económico muy dudoso y complejo, que si se investiga a fondo solo un 10% de los que participaron estarán exentos de culpa, el resto sin lugar a dudas ha caído en el proceso investigativo que se está haciendo y que falta por hacerse, sea que se encuentren culpables o no.
La gente tiene un claro concepto de lo que está pasando, por eso mi criterio y creo de mucha gente es siempre elegir un administrador exitoso y que rinda los frutos que la ciudadanía reclama; esto debe de ser con respeto, libertad de expresión, seguridad jurídica, abierto a la inversión y con esto crear fuentes de trabajo, pero siempre debe de pasar por el manejo honesto de la cosa pública, para llamarse un buen administrador.
Para suerte de Guayaquil con Jaime Nebot ha tenido primero un buen administrador y en el camino se ha ido liderando posiciones de toda naturaleza que beneficia al ecuatoriano o extranjero que vive o pasa por Guayaquil con servicio a la comunidad desde que nace hasta que muere, tanto en el aspecto social, cultural, educativo, deportivo, salud e infraestructura, entonces busquemos buenos administradores para que lideren lo que van a administrar, con personalidad y honestidad, enrumbémonos positivamente hacia el Bicentenario.