Para matricular un vehículo, primero se debe pasar por una revisión mecánica, dispuesta por la Agencia Nacional de Tránsito, que se debe realizar en los Centros de Revisión Vehicular. Los automotores son chequeados minuciosamente, desde la pintura hasta las posibles emisiones de gases contaminantes. Si un vehículo pasa la revisión con niveles de contaminación en regla, se entiende que no afecta al medio ambiente; sin embargo existe una ley que impone el pago del impuesto ambiental, el mismo que cada periodo se duplica en su valor; es decir si se pagaban USD 700, hoy se deben pagar USD 1 400, hecho que se constituye en un sin sentido. Si no hay contaminación según el visto bueno del proceso de revisión vehicular, por qué hay que pagar un impuesto abusivo. Por un lado, la agencia de revisión vehicular certifica cero contaminación; y, por el otro la ANT exige pagar el impuesto al recaudador SRI; impuesto que por lógica elemental no debería existir.
En los dos años del actual gobierno se continúa con este tremendo absurdo creado en el gobierno pasado. Si tanta falta hace el dinero de este impuesto, eliminen la agencia de revisión vehicular y cobren el impuesto a todos los usuarios. Pero, si ya se dieron cuenta del error o maldad de este impuesto, suprímanlo, piensen con madurez, pónganse de acuerdo y legislen a favor del pueblo.
Hace pocos días dijo el Presidente “somos mansos pero no tontos”. Me imagino se refería a la expulsión del huésped incómodo de la Embajada del Ecuador en Londres. Estamos de acuerdo con usted, somos mansos pero no tontos. No despreciemos la sabiduría popular.
Ojalá que esta aclaración de la incomprensible ley “verde flex” llegue a oídos y al entendimiento del Gobierno; y además, a cientos o miles de ecuatorianos que se sienten perjudicados económicamente con esta ley que menosprecia la razón e inteligencia de los ecuatorianos.