Los comunistas creen absurdo lograr la ‘igualdad hacia arriba’. Consideran utópica la igualdad de oportunidades donde todos aspiremos a bienes y servicios de similar calidad en un clima de libre competencia. Por eso al gobierno le parece ridículo el estado de derecho liberal donde somos iguales ante la ley partiendo de una misma raya claramente trazada en la carrera.
Han decidido que es imposible reducir la asimetría entre quienes gozan de privilegios legales en el centro del poder frente a los eternos excluidos en la periferia de la justicia. Ante esto solo queda la “igualdad hacia abajo” del coeficiente de Gini donde todos seamos igual de pobres y nadie gane más que nadie.