Padecer xenofobia siendo mestizo, sería una ironía, como exclamar “Dios mío” siendo ateo. Aclarado esto, comparto mi preocupación acerca de la masiva llegada de hermanos de otras nacionalidades al país.
Ecuador atraviesa una crisis económica cuyos efectos a largo plazo aún son difíciles de avizorar. El año pasado aproximadamente 450 000 compatriotas perdieron su empleo. ¿Está el país en capacidad de recibir más migrantes? El dólar es un imán. Muchos migrantes ocupan nuestros puestos de trabajo, porque aceptan cualquier sueldo, incluso por debajo del salario mínimo. Hasta los vendedores de caramelos tienen competencia en las calles, probablemente en su lugar de trabajo también conozca a alguno. También son víctimas de trata de personas y quizá lo más preocupante, otros están llegando a delinquir, ¿percepción?, mire las noticias o vaya a la calle, es una realidad. Necesitamos urgente una regulación por parte de las autoridades migratorias, aclaro hay que regular, no prohibir. Un padre de familia primero alimenta a su hogar y luego en la medida de sus posibilidades ayuda al vecino.