En la ciudad de San Francisco de Quito, a 28 días del mes de noviembre de 1812, el señor don Juan José Guerrero, regidor fiel ejecutor de esta ciudad y su Alcalde Ordinario de primera nominación, por Su Majestad, dijo: que en este instante se le ha denunciado que el doctor don Pedro Jiménez, profesor de medicina, habría vertido varias proposiciones sediciosas, dirigidas a sostener la revolución, que se hizo en el gobierno legítimo y que por consiguiente, se ocasionaba la turbación del buen orden que se va estableciendo en dicha ciudad y en todos los lugares de su dependencia para que no se ofenda por más largo tiempo la causa del Soberano y la tranquilidad pública.
Y para averiguar la verdad de este hecho y castigar al delincuente y sus cómplices en las penas que han merecido, mandó formar este autocabeza de proceso, a cuyo tenor y por las demás circunstancias que resultare, se examinen los testigos que puedan ser habidos y sabedores del caso, para cuyas diligencias, asistirá su Majestad, personalmente, concurriendo a las demás que se ofrezcan del Real Servicio; debiendo ser examinados, señaladamente los que denunciaron el delito sobre el que se procede. Así lo proveyó y firmó, doy fe. “Quien olvida la historia tiene el peligro de repetirla”