Tradicionalmente los candidatos a la Presidencia de la República, se han caracterizado en sus campañas, por ofrecer hasta lo imposible, pero así mismo al triunfar han puesto en práctica, el siguiente eslogan: ofrecer y ofrecer hasta vencer, pero una vez vencido olvidar lo ofrecido, y así muchos han traicionado la aspiración del pueblo de mejorar su nivel de vida, en base a los servicios básicos que por Ley el Gobierno está obligado a proveer.
Esta dura realidad ha golpeado el espíritu de nuestro pueblo, transformándolo en pesimista, ya nada le importa, pues ya no espera algo de alguien. Sus esperanzas han muerto, dando paso así a la indolencia que le impide luchar por sus derechos y por superarse.
Ojalá que el candidato que triunfe, cumpla con sus ofertas de campaña y levante el ánimo del pueblo, para así juntos esforzarnos por cumplir con nuestros deberes y combatir: la inoperancia, la inseguridad, el narco tráfico y la corrupción, para que así vuelva a nacer nuestro auto estima y nuestra esperanza por un Ecuador mejor.