Obras ordinarias

El fundador del Opus Dei, hoy Santo Josemaría Escrivá, tenía una máxima que guía la vida de muchos seres humanos.

Decía, la vida consiste en hacer todos los días obras y cosas ordinarias, extraordinariamente bien hechas. Si solo aprendiéramos esta verdad entenderíamos que la aplicación del sentido común, de las cosas sencillas, de amar el maravilloso amanecer y contemplar extenuados el ordinario atardecer, nos iría mejor.

Las personas vivimos de cosas ordinarias. El agua potable, la energía eléctrica, el alcantarillado, el transporte, la TV, la música, el celular y todo es ordinario. No en el concepto peyorativo de la palabra. Todo lo contrario, en el sentido de que lo usamos todos los días en forma ordinaria. Si solo nuestras autoridades comprendiera este maravilloso pensamiento, planificarían obras de necesidad humana diaria, sin complicaciones. Lo único que deben preocuparse es que estas sean extraordinariamente bien hechas. Sr. Alcalde, el Metro es una obra ordinaria y de uso diario. Hágala sobre la superficie, no se complique.  

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