Obedientes y no deliberantes

Si los grupos sociales, indígenas, medios de comunicación, periodistas, obispos y otros, no son obedientes y se manifiestan con capacidad para deliberar, en mi opinión, reciben en una u otra forma represalias del Gobierno. Así, por ejemplo, en las movilizaciones de agosto, hubo decenas de heridos y encarcelados. Hasta se disparó a una casa donde se refugiaban los indígenas (grabación de un aficionado, publicado en un canal de TV.) ¿Será que la orden del “uso progresivo de la fuerza” llega hasta tirar a matar? Otros ejemplos: Diario Hoy fue cerrado. Diarios La Hora y Expreso están en camino, al igual que Fundamedios, la misma que documentadamente ha denunciado más de 1 000 agresiones a periodistas ecuatorianos. La represalia, con insultos, llegó hasta el Obispo de Guayaquil por recomendar paz y diálogo apropiado. Los ciudadanos que se manifiestan inconformes son calificados como pelagatos, golpistas, saboteadores, etc., hasta de terroristas. Sin embargo de correr el riesgo de esos calificativos gratuitos, yo en uso de mis derechos y libertades, públicamente declaro estar de acuerdo con las movilizaciones hasta que se derogue la Ley de la Comunicación y se archive el proyecto de enmiendas constitucionales o se dé paso a la consulta del pueblo, legítimo a reformar su obra: la Constitución.  

Suplementos digitales