El pasado 24 de mayo del 2021, se realizó el cambio de mando de la Función Ejecutiva, teniendo como protagonista al señor Guillermo Lasso. En este sentido, parte de la gobernabilidad y del ejercicio del poder se lo realiza en base a las atribuciones e instrumentos que posee para el efecto, siendo uno de estos los denominados decretos ejecutivos.
Según el profesor ecuatoriano Nicolás Granja Galindo, el Decreto es una fuente del Derecho Administrativo que: “…consiste en una resolución dictada por la autoridad administrativa jerárquicamente constituida, en goce de sus atribuciones, con el propósito de llevar a efecto, en mejor forma, la actividad de administrar que se le ha encomendado”.
En este sentido, durante los dos primeros meses del Gobierno el Presidente ha dictado 91 Decretos Ejecutivos, de los cuales las gran cantidad se refieren a designación de autoridades y asignación de funciones pues es evidente que, al iniciar un nuevo gobierno, se requiere necesariamente designar las nuevas autoridades dentro de las competencias del Ejecutivo, su equipo de trabajo para gobernar.
Después, y muy detrás, están aquellos que refieren a lineamientos y políticas a las instituciones que son parte del Ejecutivo. De ahí que nos queda claro que estos instrumentos son importantes para el ejercicio del Gobierno.