Debe estar compuesto por personas de relevancia ética moral y social, sin contaminaciones del correísmo que metió mano a la justicia en el país; pues ya vemos a ex funcionarias de esa justicia, deambulando por los pasillos de las instituciones, palanqueándose nominaciones como candidatas a componer el descalabrado consejo de la judicatura del que precisamente dependieron.
Ha llegado la hora de depurar la instituciones del Estado con los ojos bien abiertos, desterrando para siempre el camaleónico oportunismo que riñe con lo ético y moral, ineludibles baluartes de una justicia proba.