Con mucha alegría e ilusión, fui al nuevo Aeropuerto Mariscal Sucre a tomar un vuelo de Tame, con destino a la ciudad del Coca realmente causa gratísima impresión esta magnífica infraestructura, digna de felicitar a quien concibió la iniciativa y a quienes ejecutaron la obra creo que el tema de la accesibilidad pronto se verá superado por que se advierte que se encuentran trabajando denodadamente en la construcción de vías y puentes, que oportunamente serán concluidos y con esto las actuales incomodidades serán superadas y sin lugar a dudas esta terminal aérea en Tababela se convertirá en referente de nuestro país.
En contraste con esta novel y valiosa infraestructura, la atención al cliente deja mucho que desear, pues deberían entender que representar a una línea de transporte de personas es la oportunidad de servir con respeto, amabilidad, calidad y calidez, y por lo visto y sentido esto no existe y lo que es más se mantiene esta vieja costumbre; hubiese sido importante que previo al inicio de operaciones, se dicte una capacitación en atención al cliente y relaciones humanas a quienes los representan en sus oficinas aeroportuarias, entendiendo que al fin de cuentas somos los usuarios quienes pagamos sus sueldos y la obra.
Por otra parte, debo agradecer y felicitar a quien representa citada línea aérea en Coca, por su prolija atención contrastando con el pésimo estado de la terminal aérea, que no se sabe por qué motivo sigue en estas condiciones deplorables, si consideramos que por este lugar pasan centenas de pasajeros todos los días del año y siendo esta ciudad, la capital petrolera ecuatoriana. ¿Es tiempo de pensar que en Orellana, si es posible tener un aeropuerto de altura, o me equivoco?