En las primeras horas del 16 de agosto del 2012 el planeta sorprendido por la desafiante decisión del Gobierno y Cancillería del Ecuador de conceder asilo diplomático en su sede de Londres al ciudadano australiano Julián Assange, fundador de los famosos cables wikileaks, y actualmente requerido por la justicia de Suecia.
Otra vez la prepotencia de los actuales gobernantes deja en ridículo la imagen del Ecuador. Los caprichos y vanidades partidistas más un mal entendido concepto de soberanía y una manifiesta alineación a gobiernos de ideología izquierdista, evidencian nuevamente escándalos diplomáticos y falta de seriedad en el manejo de las relaciones internacionales que, en definitiva, no afectan a los gobernantes de turno sino a la nación a la que representan.
Recordemos que en abril del 2011, el gobierno ecuatoriano cometía tremenda grosería en contra de la entonces embajadora de Estados Unidos en Quito, Heather Hodges al declararle “persona no grata” solicitándole abandone lo más pronto el Ecuador justamente por referirse al contenido de uno de los cables wikileaks que señalaba corrupción en esferas del Gobierno ecuatoriano; más hoy increíblemente el mismo Gobierno a través del mismo canciller Patiño, se atreve a conceder asilo diplomático al supuesto responsable que originó aquel escándalo. ¡Qué tremendas contradicciones de la diplomacia ecuatoriana; y qué dolorosa imagen de nuestra nación ante el mundo!