Qué importa si nuestro Presidente nos hace pasar severa vergüenza cada vez que tiene una entrevista internacional, si no logra ningún arreglo por las hipotecas de los migrantes, que no participe en las cumbres y nos deje sin TLC, que prostituya la justicia y después perdone como un César, que diga que su hermano es un desequilibrado mental en horario familiar, que gaste millones en publicitar su deidad mientras su pueblo está inundado, que viva en medio de los más grandes lujos mientras que la falta de oportunidades se ahondan y la delincuencia crece como cáncer, que miles de inocentes estudiantes se queden sin estudiar, que le metan 40 kilos de coca en una valija diplomática y no diga nada, qué importa si el Régimen nos deleita con la nueva trova ecuatoriana, con sus voces revolucionarias, con el canto que evita acciones, el canto que evita explicaciones, que quema tiempo, el canto que ilusiona a ilusos, qué importa pueblo sufrido y aguantador si al final nos quedan el circo y las camisetas.