En la última sabatina, el señor Presidente afirmó, palabras más, palabras menos, que una superintendencia para que controle a los municipios no era nada malo, porque él mismo como Presidente de la República estaba bajo el control de la Contraloría General del Estado y de la Asamblea Nacional. Algunos ecuatorianos tal vez crean estas palabras creyendo que la democracia que vivimos y nos pinta el señor Presidente es la mejor, pero para quienes conocemos que cuando todos los poderes se concentran en una solo gobernante y que las funciones del Estado están bajo sus órdenes, sabemos que esa no es democracia.
También sabemos que cuando las integrantes de la Asamblea Nacional quisieron salir por sus fueros en defensa de su género al aprobar el COIP, fueron castigadas con la suspensión de sus actividades y volvieron cabizbajas a votar por todo lo que desde arriba les ordenan. Y ni qué hablar de la Contraloría, persigue solo a quienes no tienen influencias políticas con el actual Régimen, haciendo mutis por el foro cuando se trata de los peces gordos: hasta ahora no se conoce quién es el responsable de la narcovalija con destino a Italia, para citar un solo caso. No sabemos qué pasó con la compra de helicópteros que se caen. Gustavo Chiriboga Castro