Las condiciones políticas del país hacen prever que la Asamblea Nacional que venga será más dispersa que la actual. Muchos partidos, método más democrático de asignación de escaños y algunos partidos relativamente fuertes y ninguno con más del 50% de los votos en la Asamblea.
El próximo gobierno deberá aplicar el camino del diálogo, no la componenda para poder gobernar y sacarnos de la crisis económica social y de salud que nos agobia.
Los nuevos diputados tienen la misión de lavar la cara a la función legislativa que ha caído por las patas de los caballos en este período. No se puede caer más bajo. Que cumplan con limpieza y apegados a derecho y principios.