Es indignante la noticia del hombre de 55 años quien violó a sus hijas y nieta en Pasaje, en la provincia de El Oro.
De acuerdo a la información proporcionada por la prensa, las violaciones habrían iniciado en el 2008; es decir que las víctimas de este violador sufrieron durante una década vejaciones físicas y psicológicas sin que las autoridades hagan algo al respecto y, aún más, cuando existe una denuncia desde el 2011. No se justifica el hecho de que no se lo pudo aprehender porque permaneció escondido en el campo, la fiscalía debió investigar hasta dar con el paradero de este monstruo sin consciencia y sin alma. La negligencia de nuestro sistema de justicia ha perjudicado al sector más vulnerable e importante de nuestra sociedad: nuestros niños y nuestros adolescentes.
En este caso no solo se debe condenar al vejador, sino también al fiscal responsable e inoperante e inclusive la madre de las perjudicadas, quien con su silencio permitió que sus hijas vivieran un infierno. Otra sería la realidad si el sistema judicial hubiera actuado con puntualidad y eficacia, ahora tenemos 8 víctimas con heridas difíciles de sanar y que cargarán por el resto de sus vidas. Entonces queda una pregunta en el limbo ¿solo una persona es culpable de este hecho?