Por regla general no leo periódicos del Gobierno ni del Municipio, pues son totalmente carentes de objetividad. En la Ley de Comunicación elaborada por Correa se pretende evitar la inducción a favor o en contra de alguna tesis o candidato opositor, sin embargo el Régimen y sus aliados no tienen empacho en que cada línea de los mencionados periódicos sean el más vivo ejemplo del servilismo incondicional al líder con el deseo innegable de envolver al pueblo en una nube rosada de engaño e ignorancia.
Cosas de la mal llamada revolución ciudadana, aprendida y empeorada de las ominosas revoluciones de otros lares.