Es un viejo adagio popular, que debería ser observado por ciertos políticos, en especial por el señor canciller del Ecuador, Ricardo Patiño. Hace pocas semanas Paraguay tuvo un cambio en su sistema de Gobierno, pues a través de caminos legales y constitucionales, el presidente Fernando Lugo fue separado del Gobierno por el Parlamento de ese país. Es un cambio enmarcado en los sistemas de democracia. El señor Ricardo Patiño tiene que explicar al país qué hacía junto al canciller venezolano Nicolás Maduro, reuniéndose con el Alto Mando de las Fuerzas Armadas de Paraguay, según denuncias de la Fiscal de Paraguay. Según las autoridades de Paraguay, si Venezuela tiene como Canciller a una persona que intentaba que las Fuerzas Armadas de Paraguay -por el camino de las armas- sostengan a Lugo en el poder, es problema de ese país; pero Ecuador no puede prestarse a una vergüenza de esa naturaleza. Señor canciller Ricardo Patiño, para usted mi respeto y mi sugerencia de que aclare al mundo su participación en ese momento de la historia, no puedo imaginarme al Canciller de Ecuador causando un conflicto o una matanza en un país hermano. Confío en que sus intensiones se concreten a través de caminos diplomáticos y no de presiones de Nicolás Maduro.