El neocomunismo es un marxismo ‘democrático’ al estilo cubano. El Estado usa las elecciones para declararse dueño de los medios de producción y comunicación. Declarar la información como ‘servicio público’ es estatización progresiva o ‘progresista’.
Esa es la Única diferencia entre el viejo y el nuevo comunismo. No tiene sentido que la prensa pida al Gobierno ‘rectificar’. El proyecto es implantar el partido único de la revolución al estilo marxista.
Es iluso creer que abandonarán el ‘proceso’ totalitario. Al poder le conviene que los medios no llamen las cosas por su nombre. Una sociedad confundida no podrá reaccionar a tiempo para defender el estado de derecho republicano.