Navidad… quienes la celebran entienden que es sinónimo de paz, la mayoría recuerda el nacimiento de Jesús, no importa si usted cree o no, si aprueba el pesebre, el árbol, los Reyes Magos, Papá Noel… o no cree en ninguno … Es necesario replantearnos el significado; lo único cierto es que estamos cerca de terminar un año más y uno muy sui géneris y de todo lo que hemos vivido es justo y necesario que celebremos la vida, es momento de regalar amor y de comprender que nos necesitamos, que ni todo el dinero es suficiente para librar la dura batalla que el mundo está peleando… entre el covid 19, la pobreza, el desempleo, la delincuencia, la corrupción, el egoísmo y la maldad… vivir se ha convertido en un trofeo de guerra y tenemos que estar muy conscientes de que seguimos peleando… Y cada día es una contienda ganada.
Navidad… tiempo de compartir, de decir gracias a cada persona que ha sido luz en nuestra vida, de apreciar lo que no se ve… Pero se siente, esa palabra de aliento, ese te quiero mucho, o aquel ¿cómo estás? ¡Dios te bendiga! O bendiciones, son tesoros que no todos pueden recibir, por ahora hemos dejado de lado los efusivos abrazos, pero el cariño, agradecimiento y respeto no se pierden.
Cuando den las 12 de la noche este 31 de diciembre… todos a unirnos en una sola oración y con la mirada en el cielo a una sola voz, digamos: ¡Gracias! ¡Gracias porque seguimos aquí batallando! Y recordemos con profundo respeto a quienes se nos adelantaron.
Recarguemos de fuerza para continuar, seamos luz en medio de la oscuridad.