Quisiera saber a qué atenerme, pero ahora resulta que en el socialismo del siglo XXI nosotros, los mandantes, no tenemos ningún derecho a estar informados, como Dios manda, gracias a las entrevistas a funcionarios públicos (a los que les pagamos el sueldo).
La única versión que vamos a disponer –cual graciosa concesión- será la oficial que, como todos sabemos, es solo la pura verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
El que quiera tener información alternativa deberá bajarse la página web del Tiempo de Bogotá, del País de Madrid o del Miami Herald.
Los ciudadanos credulones andábamos despistados con nuestra buena fe, creyendo tener derecho a la trillada y transparente rendición de cuentas de parte de los funcionarios públicos que nosotros elegimos para que administren.
Lo que sí resulta molestoso es que tenemos a rajatabla deberes y obligaciones que cumplir. Obligación a pagar cada vez más impuestos, cada vez más aranceles, más aportes, más contributos.
Los administradores pueden disponer y usar de esos recursos a su soberana discreción y luego contarnos el cuento de ‘Chucky Seven’.
Ellos se encargan de resolvernos bien las cosas sin que debamos saber más nada porque todos somos -y debemos permanecer- asquerosamente inocentes, sin derecho a discernir o pensar como adultos, ergo, existir.
¿Comprenden?