Es lamentable que los prejuicios impregnados en nuestra mente nos impidan ver más allá. En muchas ocasiones, cuando vemos a alguien portar un distintivo relacionado con el Islam (como un burka), nos resulta inevitable pensar: “opresión”, “las mujeres sin derechos”; y en peores casos: “sospechosos”, “terroristas”. En lugares muy concurridos existe al menos una persona que se siente insegura o extrañada tan solo por ver a un musulmán. Nos hemos acostumbrado a ver noticias relacionadas con los ataques terroristas y caemos en el error de la generalización. Esto quiere decir que mezclamos preceptos de una religión, como es el Islam, con la rebeldía de grupos subversivos extremistas que usan el nombre de la misma religión para causar daño. Es importante que reflexionemos que el terrorismo viene en diversas formas y colores, independientemente de una religión. No es aceptable que continuemos manteniendo una perspectiva hacia los musulmanes investida de términos como: opresión, violencia, extremismo, guerrilleros, radicales, retrógradas.
Noreen Galilea Ricaurte Andrade