La Autoridad Portuaria de Manta ha construido una verdadera ‘muralla’ en sus instalaciones que debe haberle costado un platal, pero evidentemente ha mejorado el ornato, aunque a leguas se nota que la inmensa pared resta espacio a la acera, en otras palabras no se han regido por la línea de fabrica. Ahora sí ya nadie podrá ver los patios vacíos por la poca o ninguna carga que pasa por el puerto. Muy poco se habla o es muy limitada la información que se tiene sobre la nueva concesión del puerto. Ojalá que esta muralla que ‘separa’ a esta institución de la ciudad tenga buenos cimientos y no logre caer como puede sucederle a los directores por su ineficacia y total indiferencia ante los reclamos de las instituciones, cámaras y ciudadanía, preocupados por la total ausencia de los negocios portuarios.