¡Auxilio!… El país está en crisis… la delincuencia ataca… la inseguridad campea. Bajo estas circunstancias ¿Cómo es posible que todas las entidades, tanto públicas como privadas, no utilicen mecanismos idóneos para evitar que la gente maneje dinero “en efectivo” y, por el contrario, se exponga frecuentemente a los asaltos de los malandrines?…
Me refiero concretamente al Monte de Piedad (o ‘casa del jabonero’), institución de “servicio social” que sirve a la ciudadanía, sin adoptar ningún tipo de seguridades ni medir las consecuencias a las que exponen a sus usuarios; pues, ni siquiera cuentan con guardias de seguridad armados y se limitan a advertir a sus clientes diciendo: “Tendrán cuidado que afuera están los pillos”… ¡bonita manera de proteger la vida y los intereses de la gente! Pero asómbrense aún más… Al consultar telefónicamente si existe otra forma más segura de cancelar los préstamos, uno de sus inteligentes y ‘cultos’ empleados se limita a repetir, sarcásticamente, este estribillo: “¡Solo en efectivo, señora, así como se les da efectivo, tienen que devolverlo en efectivo!”
Esta no constituye una respuesta adecuada ni una justificación valedera, pues bien se podrían realizar estos trámites utilizando cheques certificados, transacciones bancarias, etc., con el fin de salvaguardar las pertenencias y la constantemente amenazada vida de los usuarios.