El periódico público del Gobierno titula ‘Golpe de estado en Paraguay’ a la destitución de Lugo. Irónico que el cangrejo hable de tenazas, siendo este un Gobierno que no ha hecho otra cosa que dar golpes de estado a los demás poderes independientes, fin para el que impusieron una constitución totalitaria. Son obvios los afanes autocráticos por implantar la franquicia de golpe de estado Castro chavista. ¿O no es golpe de estado en Ecuador el hecho de que la asamblea no fiscalice porque fue fríamente descabezada siguiendo la revolucionaria fórmula del golpe maestro? Los poderes del estado han sido cooptados, sometidos, apropiados por la empresa electoral del partido de Gobierno, que ahora usa hasta el escudo nacional como logotipo en partidos de fútbol. La justicia, decapitada por un triunvirato que persigue a los jueces, criminaliza la libertad de expresión, encubre a los partidarios y judicializa toda protesta contra la verdad oficial. ¿Puede denunciar golpe de estado en otro país, un régimen destructor de las instituciones ciudadanas, que apoya a regímenes totalitarios, cuyo sistema se quiere imitar? Mientras tanto, los medios públicos oficiales siguen en la campaña de racionalizar los ensayos fallidos usando intelectuales marxistas, que pregonan el linchamiento mediático a los opositores, el asalto del espectro radioeléctrico para cerrar medios y proscribir el disenso. Los medios privados bajo la tenaza de la autocensura y la inquisición tributaria. El golpe de estado en Ecuador ha sido lento, veneno en dosis homeopáticas, pero seguro, como una gangrena. El de Paraguay fue más traumático, un tradicional corte por lo sano!