Es triste, desolador y hasta irritante, la muerte de alguien de la talla humana de Facundo Cabral. Es aún más devastadora la forma tan violenta de su fin.
Pero este es un buen espejo de lo que pasa cuando la impunidad se apodera de un pueblo.
Y al ritmo que vamos, este es nuestro futuro.
Las maras, los sicarios, los narcotraficantes; criminales propios y extraños, hicieron tabla rasa . El gobierno socialista se peleó con todo el mundo, incluso con los periodistas (de los cuales uno murió a manos de estos criminales), lanzó militares, policías, recompensas jugosas; todo lo que pudo y no se acabó con estos problemas.
Mientras se sigan haciendo leyes para perseguir, para venganzas políticas o personales, mientras se mantengan en la memoria colectiva odios y rencores pasados, mientras se permita la corrupción campante, mientras se siga “mandando mano” a la justicia a conveniencia, y mientras se tengan discursos incendiarios, peleones, segregacionistas y clasistas, veremos este terrible caso y muchos más como nuestro futuro.
Estos son problemas serios, que debe resolver gente seria y no políticos en permanente campaña populista, como mucho me temo hay en el poder de este nuestro querido país.