Si nos miramos al espejo y vemos reflejada nuestra silueta con una imagen de tranquilidad, serenidad, una paz profunda y razonablemente la encontramos con una semblanza de vitalidad y de buen ánimo, podemos pensar que nuestra vida se está desarrollando de forma normal y todavía con un sincero afán de conseguir logros positivos y agradables.
No puede ser de otra manera, no podemos dejarnos caer en un estado de incertidumbre y depresión, siendo que la situación actual que vivimos puede llevarnos a caer en un estado de angustia y desesperación. Es infamante ver cómo se producen innumerables fallecimientos causados por el corona virus (covid-19), ante la impotencia del personal médico para evitarlos, pues las terribles congestiones existentes, la falta de medicamentos, el hacinamiento en las casas de salud, contribuirían a que se produjeran dichos acontecimientos trágicos.
Sería de esperarse con angustia y desesperación que el nuevo Gobierno, presidido por el Presidente Electo, Sr. Guillermo Lasso y su grupo de colaboradores, especialmente con su Vicepresidente, el Dr. Alfredo Borrero y su Ministra de Salud, Dra. Ximena Garzón, logren acelerar y completar urgentemente con todo el proceso de vacunación que se ha ofrecido, de por lo menos llegar a nueve millones de la población en sus primeros 100 días de su gobierno y si más adelante se agregara entre uno y dos millones más, contaríamos con 10 u once millones de vacunados, que sería ya un poco más del 60% de nuestra población de algo más de 17 millones doscientos mil, con lo que podríamos decir que se conseguiría la inmunidad de rebaño.
Israel con una población de alrededor de nueve y medio millones, ya ha vacunado el 60% de su población, quiere decir alrededor de unos seis millones y puede darse el lujo de reiniciar sus actividades normales, de reapertura de negocios, reencuentros familiares y sin utilización ya de mascarillas. Se puede apreciar que realmente es un milagro divino, pero también se debe a la disciplina, de su población, que cumple a cabalidad las disposiciones de sus gobernantes, su poderío económico y claro su alto desarrollo tecnológico y enormes posibilidades de acceso a las vacunas.
Federico García Lorca dijo: “Desechad tristezas y melancolías. La vida es amable, tiene pocos días y tan solo ahora la hemos de gozar”.