Esta opinión no versará acorde a un tema literario, la esencia de la presente carta, constituye una paradoja que ha surgido en el sistema de trámites gubernamentales afectando la eficiencia, convirtiéndola en la peor pesadilla de algunos usuarios que tiene de por medio la voluntad estatal.
Requerimientos se retrasan meses, pues apartando la burocracia, el desabastecimiento de materiales necesarios para trabajar, reina sobre las instituciones. Falta de tinta, hojas de papel, mal desarrollo de sistemas informáticos, entre otras cosas muy necesarias, obligan a ciertos servidores a recibir insultos, vejámenes por parte de la ciudadanía, a causa de la escasez.
En algunas instituciones, los servidores, se obligan a “contribuir” de su propio sueldo con estos materiales. Muchos alzarán su voz, cual grito al infinito, expresando que los salarios públicos son excéntricos o elevados, pero la única verdad es que la mayoría de los funcionarios no sobrepasan los USD 400 o 500 mensuales.