El Municipio de Quito, dando muestras de su gran sentido de organización y de planificación, designó el mes de mayo como el de la tortura para los contribuyentes que trabajamos en forma independiente amparados en un control ejercido por el SRI.
Nos hizo saber que solo hasta un día específico de mayo podíamos conseguir o actualizar la Patente Municipal, sin multas, y que era necesario presentar una copia del RUC, actualizado en menos de dos años. Lo hicimos congestionando las oficinas del SRI, y nos presentamos a las oficinas del Municipio. Había que estar más o menos a las 5 de la mañana si queríamos ser atendidos ese día.
Los distintos canales de televisión mostraron escenas casi violentas en las filas, defendiendo el puesto conseguido, con toda razón.
Y cuando las cosas estaban en un clima de mucha tensión entre contribuyentes y Municipio, este decidió ampliar hasta junio el plazo, indicando que la presentación del RUC era obligatorio aunque no estuviera actualizado, además que se puede hacer el trámite vía Internet.
¿Cómo nos va a compensar el Municipio a los que hicimos el trámite en el tiempo indicado al inicio? ¿O se trató de una gran inocentada? ¿O la mejor presentación de falta de respeto a quienes vivimos en Quito?
En realidad, este no es el Quito que queremos. Es el Quito donde vivimos doblegados por las decisiones del Municipio.