Haciendo un análisis de los comportamientos de quienes se autocalificaron como mentes lúcidas, tenemos un resultado realmente deplorable. Con mucha alharaca pregonaban su slogan, y, qué hemos tenido:
Un ex presidente que anuncia a voz en cuello que su acusador particular por secuestro, en el cual prácticamente se ha concluido que el ex presidente está involucrado, “nunca ha sido asambleísta, ni principal ni alterno” ¿Marca esto alguna diferencia en el delito cometido?
Una asambleísta que se declara humanitaria por haber ido a visitar a una persona privada de la libertad, acusadora de un ex presidente, mientras que la “visitada” sostiene que trató de convencerla para que cambie su versión acusatoria. ¿Es lo de humanitario aceptable cuando hay la coincidencia de que la visita es a una acusadora del líder que defiende la asambleísta?
Un asambleísta que, para defender a la asambleísta humanitaria, dice frente a los periodistas que “la asambleísta cometió una infracción, pero que no se la puede sancionar por que la infracción no está tipificada”. ¿Es aceptable que se reconozca una infracción y que inmediatamente se busque el argumento para que no se sancione?
Un grupo de asambleístas que salen a pregonar de una generalidad de acciones ilegales de otros colegas asambleístas, evidenciando que esa información la conocían de antemano. ¿Es compatible con su calidad de ciudadanos y asambleístas, conocer de un delito y no denunciarlo, algo contrario a la Ley?