En el mensaje de bienvenida al Papa, el presidente Correa hizo afirmaciones que en la práctica no son coherentes. Habló de proteger a la familia, pero anteriormente se había pronunciado como partidario de terminar con las empresas familiares que son la mayoría en el Ecuador, y representan el sustento de muchas familias.
Habló de la propiedad privada como un legítimo derecho, pero las proyectos de leyes de la Herencia y Plusvalía afectan el patrimonio privado de las personas. Habló de protección al medioambiente, pero su política relacionada al Yasuní y Galápagos no lo demuestra.
Habló de prosperidad, pero lo que ha generado en el país es desconfianza y que los agentes económicos nacionales o extranjeros restrinjan sus inversiones en el Ecuador, disminuyendo a mediano y largo plazos la generación de riqueza y empleo.
Habló de la importancia del servicio y no del poder, pero es evidente que ha acaparado mucho poder controlando las diferentes funciones del Estado, y usa y abusa de dichos poderes.Habló de paz y de diálogo, pero sus pronunciamientos de días anteriores relacionados a las marchas fueron desafiantes. Lamento que el discurso de Correa haya sidomás bien político y no haya aprovechado la oportunidad para dar un mensaje conciliador que contribuya a la paz social.