La mejor defensa es el ataque

Causa indignación y vergüenza ajena las declaraciones realizadas por el señor Canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, me refiero al pronunciamiento contra el informe de Transparencia Internacional y los informes de la relatoría sobre libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre Ecuador.

Estos documentos son el fiel reflejo de lo que se vivió y se vive en el país, casos de corrupción como el come cheques, el fraude académico de Pedro Delgado, el cuestionado proceso de empadronamiento electoral, la persecución y enjuiciamiento a periodistas y directivos de medios de comunicación, los juicios que criminalizan la protesta social, la parcialidad de la justicia, los constantes ataques sabatinos que ridiculizan a toda persona que se oponga a las ideas del Gobierno; acciones que constituyen atentados contra la libertad de expresión y evidentemente hechos de corrupción quizá peores que los que este gobierno ha denunciado sobre gobiernos anteriores.

Las declaraciones del señor Canciller no expresan el sentir de todos los ecuatorianos sino de aquellos que son parte del gobierno y erróneamente presentan al mundo una visión muy focalizada sobre estos informes, la visión del acusado, que ante la carencia de argumentos para defenderse de las acusaciones, lo único que puede hacer es atacar la credibilidad de su acusación, pues los argumentos que lo denuncian son tan contundentes que no existe justificación alguna sobre su actuación.

Suplementos digitales