Complemento mi cuestionamiento a Gonzalo Maldonado en cuanto a que “asegurar que una pastillita de colores cambiará nuestra conducta sexual, es totalmente absurdo”. Pregunto: ¿cuánto pesa la “banalización de la actividad sexual” en la crisis de valores, y la consecuente descomposición social?
Reflexionémoslo desde diversos aspectos fundamentales: familia; matrimonio; fidelidad; embarazos no deseados; abortos; niños desamparados; vidas desordenadas; hogares destruidos; adicciones de diversa índole: sexo, pornografía, Internet; delitos para financiar vicios relacionados, drogas y alcohol incluidos.
En resumen, ¿hacia dónde nos está llevando el sometimiento (¿esclavitud?) a la cultura del placer? ¿No es elocuente lo que ocurre en el mundo “desarrollado”, en franco proceso de decadencia? Pero terminemos con la nota positiva: ¡sí hay esperanza! Basta enfocar todo esto desde la perspectiva de que… ¡justamente son las crisis las que albergan las oportunidades! ¡Busquémoslas! ¡Encontrémoslas! ¡Aprovechémoslas!