Martes, 7 de la noche. Tomo el túnel Guayasamín para bajar hacia el valle de Cumbayá.
Apenas salgo del túnel, el transito está totalmente detenido y todos avanzamos, lentamente, guardachoque-contra-guardachoque. Una sola fila hasta Tumbaco.
¿Qué va a ocurrir cuando el nuevo aeropuerto empiece a operar sin que existan vías exclusivas de acceso al mismo?
Señor Alcalde… por favor, tenga piedad de los quiteños, invierta lo que haga falta, pero no nos someta a esta tortura.
Demuéstrenos que el cargo no le queda tan grande.