Siempre he creído que las personas que están ya cerca de partir al encuentro del Señor deberían, como lo hizo el Dr. Manuel Chiriboga Vega, hablar con confianza de su partida. Manuel encarnó la inteligencia, sabiduría, fortaleza y aceptación de quien sabía que ya había entregado lo mejor, buscando instaurar el Reino de Dios en la tierra, y que sus acciones ya habían sido capitalizadas en el cielo, donde le aguardarían además parte de sus seres queridos. Queda su querida familia, a quien bien conocemos, particularmente a su hermano Esteban, quien encarna también la inteligencia y fortaleza de la familia. Dios acoge a Manuel y bendice a Amarilis, su esposa; Eulalia, su madre; sus hijos y toda su querida familia.